Este artículo se fundamenta en el análisis proporcionado por la consulta vinculante número 2174-03, emitida por la Dirección General de Tributos, la cual ofrece una orientación detallada sobre el tratamiento fiscal de las propinas en restaurantes y el sector de la hostelería en general.
I. ¿Cómo tributan las propinas en España?
El concepto de propina desde una perspectiva inicial, podríamos pensar que es un gesto de cortesía o gratitud por parte del cliente hacia el trabajador que le ha brindado un buen servicio. Sin embargo, cuando examinamos este acto con más detenimiento, nos encontramos con una serie de complejidades que van más allá de su carácter espontáneo y voluntario.
En primer lugar, es importante entender que la propina es una liberalidad otorgada por un tercero, en este caso, el cliente. Este acto no está vinculado directamente con la relación contractual entre el empleado y la empresa. En otras palabras, cuando un cliente decide dejar una propina, no lo hace como parte del pago por el servicio recibido, ya que esa contraprestación se satisface al abonar la factura correspondiente a la empresa. Aquí radica una de las principales particularidades: el cliente, al ofrecer una propina, no tiene un ánimo retributivo en el sentido estricto, puesto que el servicio ya ha sido compensado a través del pago formal.
Esta desvinculación entre la propina y la relación laboral establece dudas y debates sobre cómo deben manejarse estas liberalidades. ¿Se considera la propina parte del sueldo del empleado? ¿Debe la empresa retener impuestos sobre estas cantidades? ¿Cómo se registra contablemente un ingreso que, en esencia, no proviene de la actividad principal del negocio?
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II. ¿Las propinas llevan IVA? Implicaciones en el Impuesto sobre el Valor Añadido
En lo que respecta al IVA, las propinas que los clientes entregan de manera voluntaria no se consideran parte de la contraprestación por los servicios prestados en un establecimiento de hostelería. Esto significa que estas cantidades no forman parte de la base imponible del IVA, eximiendo así a los negocios de la obligación de incluirlas en este impuesto. Al no estar sujetas al IVA, las propinas no incrementan la carga tributaria del establecimiento, lo que proporciona cierta flexibilidad en la gestión de estos ingresos adicionales.
III. Implicaciones de las propinas en el Impuesto sobre Sociedades
Por lo que respecta al Impuesto sobre Sociedades, es importante destacar que las propinas no se consideran ni un ingreso, ni un gasto fiscal para la empresa. Esto se debe a que el negocio actúa simplemente como un intermediario entre el cliente, que otorga la propina, y el trabajador, que la recibe. Por lo tanto, las cantidades percibidas como propinas se reconocen como un ingreso para la entidad y su posterior distribución entre los empleados se considera un gasto deducible. Esta neutralidad contable asegura que las propinas no afecten la carga fiscal de la empresa en lo que respecta a este impuesto.
IV. ¿Cómo afectan las propinas al Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF)?
El problema surge cuando consideramos la retención de impuestos que la empresa debe realizar sobre las propinas entregadas a sus empleados. Aunque las propinas son un acto de liberalidad por parte de los clientes, cuando estas se reparten entre los trabajadores, se consideran parte de la retribución que estos perciben por sus servicios. En consecuencia, la empresa tiene la obligación de practicar la correspondiente retención de IRPF sobre estas cantidades y de ingresarla a Hacienda.
V. Ejemplo
Para entender cómo se deberían contabilizar las propinas recibidas y su posterior distribución a los empleados, vamos a detallar los pasos a seguir en el siguiente ejemplo:
- Registro de las propinas recibidas: cuando el camarero entrega las propinas al «bote», la empresa lo registra como un ingreso extraordinario. Este ingreso pasa a la caja, por ejemplo, con un valor de 300€. Este importe se contabiliza como un ingreso por servicios diversos.
- Registro del pago a los empleados: en el momento en que la empresa decide distribuir las propinas entre los empleados, se reconoce un gasto por el valor total de las propinas (300€ en este caso). Este gasto se registra en una cuenta específica de personal bajo la denominación «Propinas», donde se reconoce un crédito a favor de los empleados. Además, dado que se trata de un ingreso para los empleados, la empresa debe aplicar la correspondiente retención de impuestos. Supongamos que la retención correspondiente al trabajador es del 10%, lo que equivale a 30€. De esta forma, se reconoce una obligación fiscal a favor de la Hacienda Pública por la cantidad retenida, y el resto (270€) queda pendiente de pago a los empleados.
- Pago efectivo de las propinas: finalmente, la empresa realiza el desembolso de las propinas a los empleados. Esto se hace utilizando el dinero de la caja para cubrir la cantidad neta después de la retención (270€). Con este pago, se salda la deuda registrada previamente en la cuenta de personal, reflejando la salida de efectivo.